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Desde INDOMOTIQ siempre nos gusta enfocar la domótica hacia la eficiencia energética, sin embargo no queremos dejar de lado algo que también es clave cuando hablamos de domótica: el confort. Y un ejemplo muy claro en lo que a confort se refiere son las persianas.

Porque gracias a la domótica no sólo puedes abrir o cerrar todas las persianas de tu casa una por una, sino que puedes abrirlas todas a la vez, o las de una habitación en particular, sólo con tocar un pulsador o con un clic en el móvil. Vamos, que ahorras en tiempo, paciencia… y en bíceps, en el caso de que las compares con unas persianas manuales.

Pero, mejor aún, tus persianas pueden estar programadas para que se levanten solas a la hora en que te suena el despertador; no tendrás ni que tocar un botón. Eso sí, los fines de semana mejor no las tienes programadas… Y, si quieres evitar a los fisgones, al atardecer pueden bajarse también ellas solitas.

Por no decir que si se pone a llover, se bajarán en cuanto caigan las primeras gotas. O si no quieres que los rayos de sol te estropeen el parquet, la persiana se bajará automáticamente a las horas en las que entra directamente el sol (pero si está nublado, tu casa lo sabrá y las persianas no se molestarán en bajarse).

Por si fuera poco todo esto, tus persianas se pueden integrar también en las funciones de seguridad. ¿Cómo? Con la simulación de presencia, es decir, cuando estés de vacaciones, las persianas se abrirán y cerrarán a las horas acostumbradas, por lo que parecerá que la casa no está vacía.

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