16 OCTUBRE 2014
Pues sí, hoy toca hablar de la utilidad de la domótica en las lavanderías de autoservicio. Pero esta utilidad, más que para los clientes, es para el dueño. ¿Por qué? Pues porque podrá gestionar y vigilar su negocio, tan ricamente, sin pasar por allí. ¡Así da gusto!
A la hora de apertura, la puerta del local se abrirá sola, dando así comienzo a una bonita jornada laboral. Eso sí, el local estará vigilado continuamente gracias a una cámara de videovigilancia, cuyas imágenes podrá ver el propietario desde su móvil a tiempo real. Así, siempre que quiera, podrá echar un ojo a lo que pasa en su lavandería.
Las máquinas, lavadoras y secadoras, estarán programadas para que sólo puedan ponerse en funcionamiento dentro del horario de apertura (aunque se le meta una monedita). Con la tranquilidad de que si alguna máquina se atasca, se enviará un aviso inmediatamente al móvil y el propietario podrá reiniciar o parar la máquina correspondiente, esté donde esté.
Por los altavoces los clientes podrán escuchar mensajes informativos de su interés (sobre el funcionamiento de las máquinas, publicidad…), o ser avisados, 15 minutos antes del cierre, de que las puertas se van a cerrar solas. Y, ¿qué pasa si algún cliente no se entera y se queda encerrado dentro? Pues los sensores de presencia detectarán que hay gente dentro, por lo que el cierre automático de puertas se pospondrá unos minutos más. Pero, ¿y si aun así no sale? Pues en ese caso se enviará un aviso al móvil de propietario, quien decidirá si abrirle las puertas, o dejarle encerrado por despistado (¡eso es a gusto de cada uno!). Además se podrá comunicar con él por medio de los altavoces y explicarle cuál ha sido su decisión.
También se puede dar el caso de que un caco intente entrar fuera de horario… lo que será detectado por lo sensores de presencia y se avisará inmediatamente al móvil del dueño. Mientras llega la policía, como medida de disuasión, sonará una alarma, las luces parpadearán, etc.
¿Algo más? Sí, desde el móvil podrán consultarse gráficas de consumos y se favorecerá el ahorrar tanto en iluminación (que se encenderá sólo en horario laboral y cuando haya gente dentro), como en mantenimiento (al controlar parámetros como temperatura del agua, nivel del depósito de jabón…).
Pero, el propietario sí que tendrá que pasar por allí en algún momento… ¿Cuándo? Pues cuando el sensor que hay en el depósito de recaudación le mande un aviso al móvil de que está a puntito de rebosar y necesita ser vaciado. ¡ASÍ DA GUSTO!
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